Riesgo: Se considera que un riego
constituye la posibilidad general de que ocurra algo no deseado, mientras que
el factor de riesgo actúa como la circunstancia por a cual es necesario que
ambos ocurran en un lugar y un momento determinado para que dejen de ser una
opción y se concreten en atención al trabajador.
Si bien el riesgo infeccioso
existe en todos los ambientes, es mayor en los hospitales centros de investigación
con microorganismos, al ser teóricamente más frecuentes las posibilidades de
contagio y contaminación debido al continuo contacto con pacientes y a la
necesidad de manejar objetos y productos sépticos.
El quirófano es un ambiente potencial
y realmente peligroso, en que el interactúan una serie de elementos físicos,
mecánicos, en medio de una mezcla de oxígeno y gases anestésicos, criticidad de
los pacientes e intervenciones, que dan en mayor o menor grado las condiciones favorables
para la ocurrencia de accidentes y/o presencia de enfermedades profesionales. El
riesgo de exposición en procedimientos quirúrgicos se incrementa cuando estos
se extiende en tiempo o por circunstancias como hemorragias masivas, manejo de
material cortopunzante agujas hipodérmicas, agujas de sutura, bisturís.
Riesgo biológico
La forma más segura es considerar
todas las muestras potencialmente infecciosas, adoptando una serie de
precauciones universales, no debiéndose marcar o señalar de manera alguna las
muestras de sangre, tejido o fluidos de aquellos pacientes que se sabe se
encuentran infectadas, ya que la señalización vulnera el derecho a la intimidad
y a la confidencialidad que asiste a todos los pacientes, por lo que se
recomienda seguir las medidas de tipo barrera:
Barreras físicas: mediante
guantes, agujas y jeringuillas desechables (nunca se reencapucharán las
agujas), etc.
Barreras químicas: utilización de
desinfectantes.
Barreras biológicas: vacunación contra
enfermedades infecciosas, informando previamente al personal de las ventajas e
inconvenientes tanto de la vacunación como de la no vacunación.
Riesgo cuyo origen son los gases
La presencia de gases o vapores
anestésicos a elevadas concentraciones en el aire y ambiente de los quirófanos,
salas de reanimación…, puede ocasionar efectos nocivos para la salud de los
trabajadores de quirófano. Los compuestos más utilizados son el protóxido de
nitrógeno y el halotano, los cuales presentan menor riesgo de toxicidad y mayor
seguridad en su manejo.
Biomecánica
El dolor de espalda es la principal causa de
pérdida de horas de trabajo, superado solamente por las infecciones de las vías
respiratorias superiores. El hecho de estar de pie durante periodos
prolongados, con frecuencia en posiciones incómodas, es una causa frecuente de
dolor en la zona baja de la espalda. Se deben evitar los esfuerzos agotadores y
las posturas corporales incómodas o tensas. El hecho de apoyar el peso en un
solo pie provoca una tensión mayor. Cuando se mantienen los dos pies juntos
estando de pie, la musculatura de los muslos debe estar continuamente en
tensión para mantener la postura erecta. Por el contrario, cuando los pies
están separados, los ligamentos de las caderas y de las rodillas soportan el
peso del cuerpo con menos esfuerzo. Por eso cuando se está mucho rato de pie
junto a la mesa de quirófano es bueno adoptar una postura de pies separados, pues
será menos cansado para el personal de quirófano. Mientras está en su lugar,
observando la intervención quirúrgica, y la mesa del instrumental, la EC puede
estar con las extremidades superiores e inferiores en posición de descanso. En
esta posición se sujetan los brazos detrás de la espalda mientras los pies se
mantienen separados.
Con respecto a los zapatos, se
deben tener en cuenta la comodidad como la seguridad. Las zapatillas deportivas
de lona o cuero que se sujetan con velcro proporcionan una sujeción adecuada al
pie. Si hay que correr durante una urgencia, estos zapatos serán más seguros
que cualquier variedad de zueco abierto por detrás. Los zapatos blandos no
protegen de la caída de objetos.
La mesa de operaciones se ajusta
a la altura idónea de trabajo del cirujano, aunque no sea la posición más
cómoda para otros miembros del equipo quirúrgico. Los miembros de deben poder
estar de pie con los brazos cómodamente relajados desde los hombros, sin apoyarse
y en la mayoría de los movimientos de trabajo no deberían necesitar levantar
las manos por encima el nivel de los codos. A veces se necesita algún tipo de
plataforma (escalones o banqueta) para que la EI y/o el ayudante del cirujano
puedan trabajar a una altura adecuada.
Estas plataformas deben ser lo
bastante anchas y largas para permitir estar sobre ellas con los pies
separados. Si el cirujano es bajo puede estar sobre uno de estos escalones,
para permitir que el resto del equipo tenga la mesa de operaciones a una altura
cómoda para trabajar.
También es igualmente importante
corregir la postura cuando se está sentado. La espalda tiene la máxima
resistencia cuando esta recta. Cuando estén sentados, los miembros del equipo
deben sentarse bien atrás en el sillón o la silla, con el cuerpo resto desde
las caderas al
Al inclinarse hacia delante, lo harán por las
caderas, no por los hombros o por la cintura.
Esta posición es la que provoca
menos tensiones en los músculos, ligamentos y órganos internos. Antes y después
de la intervención quirúrgica, la EC y la EI, pueden sentarse entre los periodos
en que deban permanecer de pie. Si se trabaja sentado, el sillón o la silla se
deben ajustar a la altura adecuada de la superficie de trabajo.
Radiación no ionizante:
La energía radiante es la que
emiten en forma de calor y/o luz las ondas de radio, microondas, televisores,
ordenadores, radiadores de calefacción y fuentes de luz. Por ejemplo las luces
quirúrgicas por encima de la cabeza producen calor. Los cables de fibra ópticos
emiten luz fría, pero la luz que trasmiten es intensa y puede producir calor.
La radiación de estas fuentes no es ionizante (con excepción de la luz ultravioleta,
que puede alterar el ADN de las células, quemar tejidos, y lesionar los ojos).
La radiación no ionizante no se acumula en el organismo, y por lo tanto no
necesita controlarse. Si se controla adecuadamente, la radiación no ionizante
en sí misma no es peligrosa. Los láseres son una forma de radiación no
ionizante, haces de luz de muy alta energía, concentrados en una circunferencia
muy pequeña para producir un calor muy intenso. El láser se debe usar según las
normas y directrices legales establecidas y las instrucciones de seguridad del
fabricante. Los láseres pueden evaporar, cortar o coagular los tejidos
expuestos directamente sobre ellos. Pueden provocar quemaduras a cause de una
exposición indirecta. El fuego, las explosiones, la exposición de ojos y piel,
y el humo del láser también son riesgos posibles para los pacientes y el
personal. Se deben adoptar medidas de seguridad
Electricidad
El uso adecuado de los
dispositivos electrónicos constituye una preocupación esencial de los
profesionales sanitarios y los miembros de la industria comprometidos con un cuidado
seguro al paciente. La comercialización y las normas de seguridad de los
dispositivos electrónicos médicos utilizados en el entorno perioperatorioestán
regulados por la ley. El personal con una formación inadecuada o el mal
funcionamiento de dispositivos tales como los bisturís eléctricos,
desfibriladores y aparatos de rayos X, son los responsables de los accidentes mortales
o casi mortales que se producen.
Fuego y explosión
El fuego debe ser una
preocupación esencial en quirófano. Los fuegos en una atmósfera enriquecida en
oxígeno tienen un carácter definitivamente distinto de los que se producen en
una atmósfera normal. La gravedad potencial del fuego se debe considerar, ya
que puede provocar extensas lesiones tanto al paciente como al personal. La
presencia de gases inflamables o combustibles, líquidos, vapores, etc., puede
provocar una combustión ultrarrápida de los materiales que los rodean con una
violencia explosiva.
Gases anestésicos
Los sistemas de aire
acondicionado o ventilación ayudan a evitar las bolsas de gases anestésicos en
el quirófano, aunque las concentraciones alrededor del aparato de anestesia y
de la cabeza del paciente puede que no se reduzcan sensiblemente. Durante las intervenciones
quirúrgicas se pueden escapar cantidades sustanciales de gases.
Productos esterilizantes
Los productos químicos usados
para esterilizar artículos sensibles al calor pueden ser tóxicos o se pueden
evaporar, emitiendo vapores tóxicos irritantes para los ojos y las vías
nasales, incluso a nivel de exposición muy bajos.
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